El periódico

- buenos días
- buenos dias, abra el maletín, por favor
- ¿mi maletín? Oiga, ¿con qué derecho...?
- le he dicho que abra el maletín, no se busque un problema, viejo
El anciano duda un momento, pero finalmente abre el maletín
- ¿ve usted? Sólo papeles
- ya...¿Y eso?
- eso es mi periódico
- claro...¿Lo vas a comprar, viejo?
- ¡oiga!¡Ya le he dicho que ese es MI periódico!
- vaya, un listillo. Abuelo, si no lo vas a pagar, devuélvelo a la estantería
- ¡le he dicho que es MI...!
Un puñetazo directo al plexo solar deja al anciano sin respiración por un momento.
El anciano, conmocionado, echa mano del periódico y lo deja en la estantería.
- y ahora largo, no quiero volver a verte por aquí
Mientra el anciano se pierde, aún aturdido, entre los clientes del centro comercial, el guardia de seguridad coge el periódico y lo tira a la papelera. La mancha circular de una taza de café lo hace inservible para la venta.